Monday, April 14, 2008

Y sonriès seductora. Sí, esto aterra mi corazón dentro del pecho,
pues tan pronto te miro un instante,
como ya me es imposible decir una palabra,
pues mi lengua desfallece;
en seguida, un fuego sutil irrumpe bajo mi piel,
nada veo con mis ojos, zumban mis oídos,
se me esparce el sudor,
un escalofrío me apresa toda,
estoy más pálida que la hierba y me parece que falta poco para morir.
Pero todo hay que soportarlo, pues esto es así.
Safo

1 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Bellísimo, casi duele. La resignación del sufrimiento amoroso se convierte en un gozo agridulce.

5:24 PM  

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